martes, 29 de marzo de 2011

Extraño incidente

  Por la mañana desperté, y cuando estaba por bañarme, por alguna extraña razón, mi intuición me indicó mirar al bidet, y aún más extrañamente, encima del mismo se encontraba depositado el aro de mi nariz. ¿Perdón?, ¿Qué haces allí, mi querido amigo y compañero?. Palpé mi nariz para ver si realmente no estaba allí o era simplemente una especie de alucinación producto de mi creciente locura, pero efectivamente en mi nariz simplemente descansaba un pequeño agujero que extrañaba a su compañero aro. 
  Me coloqué nuevamente el piercing, con dificultad, como si me lo hubiese sacado horas atrás, inexplicablemente.
  ¿Cómo es que el pequeño artefacto metálico habíase arrojado hacia las afueras de mi protuberancia partidaria del sistema respiratorio en los vertebrados, órgano del olfato y entrada del tracto respiratorio?, ¿Cómo es posible que mi propia persona encontrárase agena a la percepción del incidente propiamente dicho?.
 El enigma se mantuvo intácto durante el día. Por momentos la incertidumbre me permitía imaginar acciones posiblemente realizadas para que el pequeño pendiente de acero quirúrgico decorado con un pequeño strass color azul pudiera haber aparecido sobre el bidét. Una de mis imaginaciones contaba con una caminata nocturna, practicada por mi persona, desarrollando una actividad motora sencilla o compleja -dependiendo la dificultad del acceso a los distintos sitios- en un estado de total inconsciencia. En esta imaginación, podía presentarse una ocación en la cual yo misma higienizaba el pendiente metálico en la pequeña fuente limpiadora de órganos genitales extremos y/o/u overturas anales, y disponía del aro de acero quirúrgico sobre la canilla, para que este reposara de su encantadora danza acuática.

Por supuesto, simplemente son estimaciones. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario